"Es una película sobre lo que ocurre cuando estás enamorado... sobre cómo ese amor se idealiza y sobre cómo el tiempo lo modifica y transforma."
Julio Médem, El País, 27 de agosto de 1997
"Es en la naturaleza donde encuentro la intimidad que necesito para mi cine", afirma Medem. "Conozco mucho mejor los espacios urbanos y me gusta vivir en Madrid. Pero es en medio de la naturaleza donde se me ocurren más situaciones y me siento más cerca de los personajes. En la ciudad hay gente por todos sitios, y yo, para hablar de personas, tengo la necesidad de aislarlas. Mis personajes son urbanos, pero las cosas les ocurren fuera de la ciudad. Quizá es un problema de inseguridad, quizá me siento más seguro hablando de lo que no conozco, de los lugares que idealizo".
Julio Médem, El País, 23 de agosto de 1998
"Película tan romántica como conceptual, y si se quiere cabalística, en cuanto que se centra en la figura del círculo, y no sólo del polar, sino del vital, y en la idea de simetría -se inicia y termina en el mismo momento, visto desde dos perspectivas distintas, con repeticiones que remiten las unas a las otras-, Los amantes del Círculo Polar hace hincapié en la importancia de las palabras capicúas; es decir, que tanto pueden leerse de izquierda a derecha como de derecha a izquierda. No sólo el propio apellido de Médem es capicúa. También lo son los nombres de pila de los dos protagonistas, Ana y Otto, el segundo de los cuales se lo debe a un aviador alemán al que su abuelo salvó la vida durante el bombardeo de Guernica, quien a su vez puso a su hijo el del hijo de su salvador, Álvaro".
ABC, 31 de agosto de 1998