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Le Traité sur l'Antarctique (DNL HG/Espagnol)

mis à jour le 11/01/2022


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 Ressource à destination des élèves de Terminale, enseignement de spécialité HGGSP et enseignement de Géographie, tronc commun.

mots clés : multilatéralisme, ZEE, territoire, droit international, revendications territoriales, territorialisation des mers, DNL


 
 
Thème étudié : Conquêtes, affirmations de puissance et rivalités, Jalon 2 : Vers une nouvelle gouvernance mondiale des océans

Terminale, enseignement de spécialité HGGSP

Source : BO spécial n° 8 du 25 juillet 2019

Thème étudié : Mers et océans, entre appropriation, protection et liberté de circulation

Terminale, Géographie tronc commun

Source : BO spécial n° 8 du 25 juillet 2019

 
Problématique possible :

Comment les négociations du Traité sur l’Antarctique en 1959 ont-elles gelé les revendications territoriales jusqu’à aujourd’hui ?


Source des documents :
les documents proviennent du Centre des Archives Diplomatiques de Nantes, fonds Londres, Santiago et Buenos Aires, excepté l’article de Politica Exterior, en ligne.


Les documents de la séquence


Sesenta años del Tratado Antártico,

Guillermo Rebollo Márquez, 29 de noviembre de 2019

https://www.politicaexterior.com/sesenta-anos-del-tratado-antartico/ lien


El 1 de diciembre se conmemora el sesenta aniversario de la firma del Tratado Antártico en Washington. En
un primer momento, el tratado tuvo un alcance internacional moderado. Tan solo 12 países participaron en su
creación, y coincidían con los países que realizaron actividades en el Ártico durante 1957 y 1958 a raíz del
año geofísico internacional. Sin embargo, a lo largo del escueto tratado –apenas 14 capítulos– se aprecia la
ambición diplomática de crear un marco para la gestión de un “bien común” como es la Antártida. Hoy, 60
años después de su firma, la cifra de países llega a los 45 y se puede decir que el tratado ha sido un éxito: ha
logrado preservar una zona pacífica, destinada a la investigación científica.

Los 12 países firmantes tuvieron la capacidad de ver que la Antártida tenía un interés capital para toda la
humanidad. Desde su primer artículo, el tratado trata de preservarla: la Antártida se utilizará exclusivamente
para fines pacíficos. Desde entonces, el continente helado se ha convertido en un terreno para la investigación
científica y para el intercambio de información y conocimiento entre los países. Es decir, en un espacio de
encuentro y no en otro campo de batalla.

Antecedentes

El camino para llegar al Tratado Antártico no fue fácil. Gran Bretaña fue la primera en reclamar parte del
territorio en 1908, aunque el trazado de los mapas era todavía muy inexacto, pues vieron en el territorio un
potencial estratégico y económico. Pronto, otros países comenzaron a hacer sus solicitudes, entre ellos Francia,
Chile, Argentina, Nueva Zelanda o Australia.

Para demostrar los derechos territoriales, se debía probar una ocupación efectiva, es decir, tener un control
sobre estos territorios. En este sentido, Estados Unidos desarrolló una labor importante en la exploración del
territorio y en la creación de mapas, aunque mantuvo su postura de no solicitante y nunca reconoció las
reclamaciones del resto de países.

Con el inicio de la guerra fría, la Antártida ganó atractivo para ambas potencias, ya que ofrecía un espacio
donde desarrollar su poderío militar. La Unión Soviética reclamó una parte de la Antártida, que entraba en
conflicto con la de otros solicitantes. El resto de actores en la zona comenzaron así una campaña para intentar
convencer a EEUU, su aliado en la guerra fría, de que reclamase el llamado “sector pacífico”, único territorio
sin solicitar debido a su difícil acceso, para tener así una causa común y organizar una oposición conjunta en
contra de las demandas soviéticas.

Durante unos años, las dos superpotencias dejaron de lado el asunto. Sin embargo, Gran Bretaña, Chile y
Argentina mantuvieron numerosos conflictos diplomáticos y físicos por algunos territorios. La tensión
aumentó en 1956 cuando India llevó la problemática a la Asamblea General de la ONU, argumentando que,
debido a la importancia que podría ganar la Antártida en un futuro, debía asegurarse la paz para que todas las
naciones pudieran beneficiarse de la zona. Gran Bretaña logró persuadir a India de que retirase la
recomendación, pero tenía claro que si no conseguían solucionar el asunto por su cuenta, la ONU tomaría el
control de las negociaciones.

En paralelo, la comunidad científica proponía un nuevo impulso para recabar información sobre la Tierra,
teniendo en cuenta que el último año polar internacional se había celebrado en 1930. Se trataba de un buen
momento para promover la investigación, así como para reducir la tensión entre los países reclamantes. Miles
de científicos se involucraron en lo que se denominó el Año Geofísico Internacional (AGI), celebrado en
1957 y 1958. Antes de su celebración, los 12 participantes establecieron que la libertad científica tenía que
prevalecer sobre la disputa territorial.

Al finalizar el AGI, se decidió que la mejor forma de resolver las disputas era organizar una conferencia con
las 12 partes involucradas. EEUU fue el anfitrión de la Conferencia de Washington, en octubre de 1959. Todos
los países recordaron sus reclamaciones territoriales en los discursos inaugurales, lo que hacía prever unas
negociaciones duras. De ahí que el eje del tratado sean las demandas territoriales, plasmadas en el artículo
cuarto, que afirma que ninguna de las partes renuncia a su parte de la Antártida; sin embargo, aceptan dejarlas
aparcadas por el bien de la cooperación internacional.

Otro punto importante fue la declaración de la Antártida como zona libre de energía nuclear (artículo quinto),
logro importante teniendo en cuenta que la guerra fría estaba en pleno auge.

El tratado fue un éxito diplomático por varias razones. En primer lugar, los actores implicados lograron dejar
de lado sus intereses particulares para anteponer el bien común, pese a las tensas negociaciones. En segundo
lugar, se estableció un periodo de revisión de 30 años que, sin embargo, se ha mantenido hasta nuestros días.
Se han incorporado nuevos países, 45 por el momento. Y a posteriori las partes se comprometieron, vía el
Protocolo de Protección Ambiental, a mantener la protección ambiental y a no desarrollar proyectos de
explotación de recursos. Por último, y no es un asunto menor, el tratado ha reducido a la mínima expresión
las posibilidades de un conflicto interestatal, que no era descabellado.

Retos

La Antártida no es ajena a las tendencias mundiales. El Tratado Antártico fue un gran logro, pero hoy se
enfrenta a una serie de retos sesenta años después de su firma. Por ejemplo, al crecimiento del turismo masivo,
atraído por el pingüino emperador y la vivencia de experiencias extremas. El incremento de este sector supone
un perjuicio para el ecosistema, ya que la Antártida no está preparada para recibir turistas. En 2018 llegaron a
la Antártida 56.000 personas, según datos de la Asociación Internacional de Operadores Turísticos de la
Antártida. A ellos se suman los 4.400 investigadores que hay durante los meses menos extremos del año. Esta
situación hace necesaria que se establezca una regulación y un límite a la actividad turística del continente,
para reducir sus efectos negativos al mínimo.

En segundo lugar, el cambio climático. Las consecuencias de los altos niveles de dióxido de carbono hacen
que la temperatura se altere, causando el deshielo de los glaciares. Esto no solo hace que aumente el nivel del
mar, sino que afecta a todas las poblaciones de fauna y flora, tanto de la Antártida, que ven alterado su hábitat,
como del resto de los océanos.

Por último, a pesar de que el Tratado Antártico siga vigente, las tensiones a raíz de las reclamaciones
territoriales
no han cesado. No hay que perder de vista la riqueza de recursos energéticos que alberga la
Antártida. Aunque las posibilidades sean bajas, no debemos descartar un posible conflicto por la explotación
de los recursos antárticos.

 
Map of the Buenos Aires Ambassy

 
Map from the London Ambassy



 
Documents du Centre des Archives diplomatiques de Nantes

Fond Santiago, Periodista El Mercurio

 
 DOCUMENTS  RESUME
 

 Doc. 1 : 1958 - A New Delhi, l’ambassade du Chili affirme qu’elle ne peut accepter aucune proposition de « droit international » sur l’Antarctique et réaffirme la souveraineté chilienne sur certaines de ces régions. La déclaration coïncide avec la visite officielle du 1er ministre et du ministre des affaires étrangères de Nouvelle Zélande, qui justement avait il y a un mois déclarait qu’il était favorable à un contrôle international de l’Antarctique par l’ONU. Le Chili déclare également que le gouvernement Indien a retiré la question de l’Antarctique des Nations Unies par signe de bonne volonté.

 

 Doc. 2 : 1958 - La possibilité que le Chili participe à un programme de coopération internationale sur les territoires Antarctique est exposée au gouvernement, sur proposition des Etats-Unis, dans le même esprit que l’organisation de l’année internationale de Géophysique qui se termine le 31 décembre. 11 pays sont invités qui ont des activités en Ant. Le gouvernement chilien est d’accord avec la proposition.

   Doc. 3 : 1958 - A New Delhi : reprend les questions évoquées par la 1er article, ajout : L’Ambassade du Chili fait remarquer que Harold Mc Millan, 1er ministre GB, a aussi suggéré un contrôle international de l’Antarctique, ce qui est inacceptable pour le Chili. Le secteur antarctique situé entre le 53e et le 90 e degrés de longitude ouest appartient au Chili, et que ce dernier ne permet pas d’interférence dans sa juridiction.
   Doc. 4 : 17/04/1960 : résumé en espagnol de la session parlementaire et analyse du journaliste chilien : “Nuestros derechos de soberanía”, nos droits souverains.

   Doc. 5 : 30/12/1961 - Depuis 1949, la Grande Bretagne, le Chili et l’Argentine agissent de concert pour éviter les malentendus sur l’Ant. : ne pas envoyer de bateau de guerre sous le 60e parallèle, sauf les mouvements habituels. Ces gouvernements considèrent qu’il n’y a plus de déclaration à ce sujet à faire en raison du Traité, garantissant l’usage scientifique de l’Antarctique.

   Doc. 6 : 10/9/1962 - Le ministre des Relations étrangères chilien Sotomayor, répond aux journalistes à propos de la déclaration de la Grande Bretagne sur les territoires chiliens en Antarctique : il doit être clair que la Grande Bretagne émet des réserves sur les droits chiliens, mais que …le traité doit s’appliquer.
 
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auteur(s) :

Caroline CAZABAN-MAZEROLLES, Professeure d'Histoire-Géographie - Lycée Galilée - Guérande (44)

éditeur(s) :

Tony NEVEU, Webmestre espace pédagogique DNL

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